miércoles, marzo 12, 2008

LA GRAN PUTADA DE LA AUTOEDICIÓN Y AUTOPUBLICACIÓN

Paso de concursos literarios: todo el bacalao está ya cortado desde el principio y la palabra "concurso" es una mentira.
Paso de agentes literarios: Me gasto las putas pelas enviándoles mis escritos y no se molestan en decirme que no me quieren representar porque están muy ocupados (dudo que hasta se lean lo que reciben) y pierdo, por supuesto, mis copias, que no me las devuelven.
Paso de las editoriales: Que van a tiro fijo apostando siempre por la vieja guardia. Éstos sí que no se leen lo que les envías. Y para colmo luego me encuentro mierdas enormes que se publican, escritas por lo que ellos llaman la nueva esperanza, la nueva gerenación, o la generación mutante, como en algún lado leí (puta manía de definir o clasificar, colgados fumetas). A muchos de ellos probablemente les siente mejor el apodo de "generación timadores". Un buen ejemplo de esto último: "Nocilla dream", de Agustín Fernández Mallo, mierda de libro que me recuerda a veces al estilo muchas utilizado por el sobrevalorado Ray Loriga (de quien lo único que envidio es que se acuesta todas las noches al lado de Christina Rosenvinge). Es como si se levantasen, escribiesen media página con la primera chorrada que se les ocurre en ese momento y ya tienen un capítulo. Ale, hasta la mañana siguiente, que se les ocurra la siguiente chorrada. Como ya he dicho, colgados fumetas.


Esto me recuerda que fijo que alguien pensará todo esto mismo de mí. Pues desde aquí lo dejo claro: "colgado", bastante, y espero que cada día más. "Fumeta"... aún no, pero tranquilos, que todo se andará.

Pues nada, tomé la decisión de hacerme un buen bocadillo con mis escritos, en plan "yo me lo guiso yo me lo como":
La idea era sacarme un mínimo de 100 ejemplares de una de mis novelas y de mi libro de poesías y rarezas y ponerlo a la venta en librerías de amigos, en bares de conocidos y toda esa historia, promocionando mi historia poquito a poco, a ver qué se acababa dando en esa aventura personal. Tomarme la inversión económica como eso mismo, una aventura, intentar amortizar y si no no pasa nada, y si la suerte en algún mometo me sonriese... pues bienvenida.
La cosa está en que me cago en todos los presupuestos de las imprentas: medio kilo me cuestan cien jodidos ejemplares, y cerca de tres cuartos de kilo quinientos (dónde coño voy yo con 500 ejemplares si ya 100 me salen por un ojo de la cara). Así que por ahora, como no soy rico, tendré que descartar de inicio durante una temporada el pasar por la imprenta. Tendré que ponerme a ahorrar más de lo que esperaba y, si hace falta, ponerme a pedir en la puerta de alguna iglesia.

Así pues, visto lo visto, tiraré por la segunda opción:

Estoy preparando unos blogs donde presentaré mis libros y los venderé, o los pasaré gratis, o yo qué sé, aún lo estoy pensando. Y prepararlo lleva tiempo, así que un poquito de paciencia. Cuando esté listo todo, enlazaré los nuevos blogs con éste para teneros bien informados y a ver si de esta nueva aventura sale algo bueno y que merezca la pena.

P.D.: Por casualidad no habrá entre toda esa gente ahí fuera algún mecenas aburrido que se quiera gastar su dinero en una jugosa donación a quien esto escribe para que pueda sacar adelante la idea de la imprenta, ¿verdad? Bueno, tenía que probar.

Salud y rokanrol. Buenas noches, gente.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Siempre puedes publicar tu obra con licencia creative commons en la que te tiene que pagar dinero únicamente si intentan usar tu obra para fines comerciales. ¿Dónde mayor difusión que en internet?

9:42 p. m.  

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