Rompiendo los brazos de mi ángel,
ése que intenta agarrarme
tan fuerte...
Ahora entiendo tantas cosas,
cómo se dejó llevar mi abuelo.
Ahora entiendo
que soy demasiado humano,
como él,
que hay un demonio que nos controla
y que nos dejamos atrapar por él
con la esperanza de que alguien nos capte.
Ahora lucho cada día
contra la pereza, el tedio y el alcohol,
si me dejase llevar, si me dejase llevar...
Recuerdo a lo lejos un rayo de luz,
a lo lejos en el tiempo,
en ese pasado que disfruté,
y ahora tengo mi alma encadenada
después de todo lo pasado,
después de tantas cadenas y condenas.
Las joías se repiten
una y otra vez,
una y otra vez.
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