jueves, diciembre 20, 2007


¡¡¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!!!

PAPÁ NOEL TOMANDO EL SOL

sábado, diciembre 15, 2007

Dicen que Asia nos invade, que los chinos son muchos y que los joíos japoneses con su tecnología punta nos van a mandar un godzilla mecánica que destruya Europa y Norteamérica (corren rumores de que América del Sur y África no les interesan, ¿por qué será?
Pues bien, yo tengo la solución para joderles en caso de que ellos nos jodan a nosotros. Ni guerra fría ni leches, aquí hay que ser más práctico:
Con los chinos es fácil: les enseñamos a utilizar su arroz a hacer paella y cuando la prueben quedarán encantados y se harán amigos íntimos de los españoles, con lo que, cuando ataquen al resto del mundo, seremos los únicos en salvarnos. Dios bendiga a la paella.
Con los japos nos va a costar un poquito más. No por difícil sino porque hay que hacer la operación en un tiempo récord. Con ellos no vale lo de la paella. Son tan disciplinados y tan puntillosos con esto del honor que si se les mete en la cabeza algo (atacar al mundo) lo tenemos claro, con tanto kamikaze y tal y tal...
Pues bien, ¿qué es lo que hacen todos los japos sin excepción cuando llegan a sus casas o entran en las de otros? Sí señor, se quitan los zapatos y los dejan fuera. Pues ahí está la solución: nos sacamos de la manda un comando suicida que en tiempo récord, aprovechando las noches, se haga con todos los zapatos de todos los japos del mundo, y no será difícil, porque los muy imbéciles los dejan en la entrada de sus propias casas. Serán ingenuos, pensando que nadie se los va a llevar. Pero se olvidan de la picaresca española. Mandamos al Dioni encabezando al comando secreto y éxito de la misión asegurado. Ni un japo en la tierra con zapatos.
Y diréis: ¿por qué los zapatos? Pues porque todo el mundo sabe que descalzo y con los pies fríos no se puede trabajar. Y si no trabajan, no hay amenaza. Fin del peligro nipón.
¿Y qué hacemos nosotros con tanto zapato? Pues los mandamos en patera a Marruecos para que aparezcan allí y los moros parezcan los culpables de todo.
Y como siempre, nos escaparemos de rositas y montaremos una gran fiesta para celebrarlo donde beberemos calimocho, comeremos tortillas de patata y nos chingaremos a todas las japos y chinitas sin zapatos que se prostituyen en nuestra amada patria. Pero gratis, a cambio de unos zapatos de una talla menos pa que luego no puedan usarlos las joías. Que conste.

lunes, diciembre 10, 2007

Mear en la calle es una acción mala y reprochable, pero hay veces que no hay más cojones.
Pues ahí estábamos Juan Carlos y yo cada uno en un lado de la calle. El caso es que de repente, de improviso, se metió de por medio un perrito negro muy mono pero que tendría sed porque se plantó debajo de mi chorro. El caso es que no le gustaría porque salió corriendo, esquivando en el camino la meada de Juan Carlos, que ésta sí que iba a dar.
Todo quedaría en esa curiosidad de no ser porque al rato viene David y me dice:
- Oye, ¿tú le has meado al perro ese de la calle?
-¿Yo? No, qué va, ¿por?
-Es que he salido a mear y lo he visto y lo he acariciado y estaba mojao, y Juan Carlos me había dicho que habías sido tú, que lo habías meao.
-Pues no. A todo esto, ese perro, ¿es de alguien?
-No, parece que está perdido - me dice.
Fue entonces cuando no pude aguantarme la risa y casi me caigo al suelo, descojonado vivo.
Y ahí, entre tantas risas, le oí decir: Serás cabrón...

martes, diciembre 04, 2007


¡¡¡¡¡¡¡¡NO ME CUENTES TUS GILIPOLLECES, QUE BASTANTE TENGO CON LAS MÍAS!!!!!!!
Es como una frase que le encantaría al Tommy: AQUÍ MANDO YO, BITCH!

MUY IMPORTENTE: PINCHA EN LA IMAGEN PA VER LO QUE HACE (abstenerse feministas imbéciles sin sentido del humor)
Nunca leo el Horóscopo. Sinceramente me parece una gilipollez, porque no creo en que las estrellas controlen mi destino y mi forma de ser (al menos no al 100%).
Pero es que el horóscopo que he leído hoy me ha llamado la atención y hasta me ha hecho un poco de gracia:

SAGITARIO:
Tus emociones extremadamente dominantes pueden asustar un poco a la gente, en especial cuando se trata de temas sentimentales.

Ale, ya descubrieron que se me va la pinza a menudo. Pos nada, a meterme en un agujero otros cien años, a ver si se olvidan.
Bueno, ya llegaron esos 30 añazos.
Y con ellos mi mal humor y mis momentos de reflexión sobre lo que ha sido mi vida hasta ahora: dando tumbos de aquí para allá, intentando estabilizar mi curro de una puta vez, desilusionándome continuamente con el sexo femenino, saliendo desenfrenadamente de juerga pa despejar mi cabeza de malos rollos...
Ummm... pensándolo bien, tampoco ha sido tan aburrida mi vida, ¿no? Al menos anécdotas no le faltan.
Acabé la noche tomándome un buen cubata a mi salud propia, jejeje.

lunes, diciembre 03, 2007

Domingo por el mediodía. Me había levantado hacía escasamente media hora, con una resaca de la polla. Me bajo al garaje para pillar el coche y...
Mi primera reacción fue llamar a mi padre y a mi hermano y decirles: "Venga, graciosillos, dónde me habéis puesto el coche".
Para entender esta frase hay que remontarse al viernes pasado cuando mi hermano me comentó que había visto mi coche (con matrícula que creía que coincidía) en Moctezuma y le había extrañado verlo allí aparcado.
En ese momento yo le contesté: "Tú estás colgao. Yo no he movido el coche del garaje".

Pues bien, ahora era domingo y el coche no estaba en su plaza. Enseguida pensé que el cabrito de mi hermano o mi padre me habían gastado una broma, pero su sorpresa me hizo darme cuenta enseguida de que no tenían ni puta idea de qué les estaba hablando.
Mi siguiente reacción fue la de llamar a la pasma, que me habían mangao mi mierda de coche con la cantidad de cochazos que había en el garaje. Y se habían tenido que ir precisamente al mío. Qué cabrones. Seguro que eran unos kinkis que necesitaban el coche pa transportar droga y con mi Billy La Bala iban a pasar más desapercibidos que con un mercedes.
Pues en esto que iba a llamar a la pasma cuando recordé que mi hermano había dicho que había visto mi coche en Moctezuma, y...

¡BINGO! Allí en la calle estaba tranquilamente aparcado.
Y entonces recuperé la memoria: El viernes por la mañana había salido con el coche y como tenía que ir al banco lo aparqué allí. El caso es que cuando salí del banco ni me acordé y volví a mi curro a patita, porque lo tenía al lado.
Y allí se había quedado mi coche, abandonado y olvidado, pobrecito, hasta el domingo, pasando frío por las noches.

Conclusión: qué malo es ser despistao y qué malas son aún todavía las resacas del domingo.