miércoles, noviembre 28, 2007

Serie de televisión cómica llamada DOS HOMBRES Y MEDIO.
Conversación entre el personaje de Charlie Sheen y el de la exmujer de su hermano:

- Me sorprende verte en casa un sábado por la noche. ¿Qué hay de tu alocada vida de soltero?
- Es que esta mañana he echado un polvo, así que esta noche toca descanso.
- Y la chica, ¿bien?
- Ummm... Supongo.
- ¿Y eso?
- Bah, no hablaba inglés.

jueves, noviembre 22, 2007

"Tú querías oír
cosas que nunca te dije
ni pienso decir,
están de otra forma
en cada silencio,
en cada muerte que sustento por ti".
Carlos Chaouen "A medio pulmón".

Será que uno de mis grandes problemas es el no saber comunicar mis sentimientos cuando llega la hora de la verdad (el otro gran problema es mi testaruda convicción de que es mucho mejor ser rarito que un puto autómata más, aunque pensándolo bien... ni problema ni leches).
Por eso, cuando no sé lo que decir, cuando no puedo expresar lo que llevo dentro, me invaden el silencio y la incomunicación, a los cuales, en esas circunstancias, tengo pánico. De ahí que sea tan fácil tomar la equivocada decisión de salir por patas.

miércoles, noviembre 21, 2007

Venga, vale, pa que se quede contento, jajaja.
Un saludo muy grande a la CABEZONA, él ya sabe quién es jijiji.
Vente ya a Cáceres un fin de semana de una vez, ostias.
Salud y rokanrol.
Vivir y morir.
La gente nace y muere, y en medio hay momentos de nuestra existencia en los que no estamos ni vivos ni muertos.
La vida da cornadas, duele, el relacionarse con la gente tiene momentos gratificantes, y otros momentos en los que hace daño, mucho daño, dejándote en un estado mental intermedio a la vida y la muerte en el que somos lo más parecido a muertos vivientes. Como si fuésemos gatos, nos han arrebatado una de nuestras siete vidas y la nueva que nos toca no está preparada para emerger. Sencillamente no estamos listos para vivir. No estamos listos para vivir, de nuevo.
Cosas buenas pueden pasar en ese tiempo de letargo, pero después de una muerte mental hace falta tiempo para que nuestra alma quiera volver a sentir, es por ello que todo lo que nos pase en esa fase intermedia no lo aprovechamos. Quizás era el momento o la oportunidad o la persona de nuestras vidas, pero no lo aprovechamos.
No porque no queramos, sino porque no estamos preparados.
Y muchas veces, cuando por fin ya estamos listos, nada se encuentra en el mismo lugar.

martes, noviembre 20, 2007

Hay frases en la noche que me hacen meditar. Da igual de dónde vengan, de la radio, la tele, una voz desconocida en una conversación ajena que llega a tus oídos porque el viento ladrón así lo quiere una luviosa noche mientras paseas para quitarte de encima ese puto dolor de cabeza que te queda tras un día de trabajo agotador. Vas andando por la calle deseando tener una pistola para volarte la tapa de los sesos y que te deje de doler ya, cuando una voz perdida llega hasta ti desde la nada y te hace pensar... en tantas cosas...
"¿Y de quién es la culpa? Porque lo que ves es lo que soy. Yo soy esto. Éste es el paquete, y si te parezco tan poco que necesitas divertirte en otros sitios... entonces, de verdad, tenemos problemas".
Y te hace pensar en... en tantas cosas...

martes, noviembre 13, 2007

A veces unas cuantas frases en una canción pueden reflejar como un espejo todo el odio que se puede llegar a guardar en el alma hacia quien te jode o te traiciona y hace que tus sentimientos vayan durante una temporada en muletas.
Por una vez este texto no va conmigo, aunque en algunos momentos habría encajado a la perfección con respecto a lo que llegué a pensar de mucha gente (como dirían algunos: en mi línea). Esto va para quien ya sabe: tío, ánimo y en pie, que hay veces que no hay nada que siente tan bien como gritar a los cuatro vientos hasta que te quedes afónico: ¡¡¡¡¡QUE TE DEN POR CULOOOOOOOO!!!!!

"Que cierren para siempre la calle del olvido.
Que te metan en ella para nunca verte.
Que no te vaya bonito, que te vaya de muerte.

Y que, por fin, el tiempo borre las heridas
Y tus fantasmas nunca más vuelvan a verme.
Y no tires tu tiempo en esta despedida;
Ya sé que te sobran motivos pa cambiar de gente.
Que me sonría la suerte y te vaya de muerte.

Champán, chalet...
Que te atragante tu luna de miel.
Caviar, channel...
Flipante. Quién te ha visto y quien te ve.

Que se pudran tus deseos.
Que no se cumpla lo que sueñas.
Que nunca tengas primavera.

Que se te apaguen los besos
Y que como a mí te duela.
Que te lleven los demonios
Fuera de mi cabeza.

Champán, chalet...
Que te atragante tu luna de miel.
Caviar, channel...
Flipante. Quién te ha visto y quien te ve.
Champán, chalet...
Que te atragante tu luna de miel.
Caviar, channel...
Flipante. Quién te ha visto y quien te ve."

Grupo: LA FUGA. Canción: LUNA DE MIEL.

Prueba a gritar bien alto, te quedas como nuevo. Mano de santo.

No tenía motivos para desconfiar
pero no me siento superman
así que desconfío, así que desconfío.
Recuerdo que un día me perdí,
que nadie vino a buscarme,
que lo más cómodo era un ataúd,
que no había nadie que me haga feliz,
que todo era una puta mierda
y que aún así no renuncié,
que no renuncié.

Porque hay veces que de golpe nada vale y refugiarse en las drogas legales sería lo más fácil. Y no es culpa de nadie a tu alrededor, sencillamente pasa, quizás porque un día elegiste el camino equivocado en una encrucijada poco iluminada. Y no es culpa de nadie a tu alrededor, pero aquí todos son víctimas en potencia de ese famoso bichito que se te clava en el alma y no te deja respirar. Y en lo más hondo de tu desierto, en mitad de tu travesía de cuarenta días, sólo pueden pasar dos cosas: o que te tire spor la primera ventana que veas o que de repente te pongas la radio y suene una canción que te haga despertar. Recuerdo ahora, por ejemplo, una de Sabina que decía algo así: "Más de 100 canciones más de 100 motivos para no cortarse de un tajo las venas, más de 100 excusas pa sentirnos vivos, más de 100 mentiras que valen la pena". Es entonces cuando el animal debe luchar. Supervivencia.

sábado, noviembre 10, 2007

Un animal marino con la boca enorme me engulle.
Es algo así como Jonás y la ballena.
Soy pequeño con el universo.
Recuerda: tú también eres pequeño con el universo.

jueves, noviembre 08, 2007

Entre recibir una jodida bala en la cabeza o que se te incruste en el jodido corazón... ¿qué elegirías?
La elección no es fácil. ¿Salvar qué? ¿Los pensamientos o los sentimientos? Ser egoísta o pensar en los demás.
Si tus pensamientos son brillantes quizás, y sólo quizás, podrían ayudar a hacer mejor el mundo. Imagínate que has ideado una nueva teoría de la relatividad (el triunfo en una relación sexual es relativo, relativo dependiendo de quién valore la actuación bajo las sábanas, o tú o la zorra de turno).
Pero tus emociones y sentimientos sólo te sirven a ti. Nadie se podrá beneficiar de ellos, porque todos sentimos de forma distinta. A lo más que pueden llevar es a confundir más a alguien con sentimientos parecidos (pero nunca iguales). Y eso se hace con los sentimientos... menuda chorrada. Si a cualquier cosa llaman arte hoy en día.
Así pues, si tuvieses que recibir un jodido balazo en la puta cabezota o que se te clave la bala en el mugriento corazón... ¿qué elegirías?
Te puedo contar lo que haría yo: o todo o nada. O se joden las dos o ninguna. Es que no me gusta separar mi parte izquierda de mi derecha, aunque alguna vez se vayan cada una de vacaciones por su lado. Será que soy un puto egoísta.

miércoles, noviembre 07, 2007

Ayude a nuestro padre, por favor.
Las dos hermanas, hijas del sujeto en cuestión, estaban sentadas bien juntitas en mi despacho, ojos lacrimógenos mientras yo las observaba en plan pasota.
Señoritas, su padre se ha metido en un lío de cojones y éste no es el despacho de los milagros.
¿Y si le hacemos una mamadita no podría intentarse siquiera ese milagro?
En ese momento sí que me tomé la licencia de mirarles las enormes ubres.
Vale, pero las dos a la par, y que la que tuvo el accidente cayéndose de boca en las vías del tren se quite la dentadura postiza, que da más gustirrinín.
Ya pueden hartarse a chupar, que al papaíto no le saca de la cárcel ni dios.
Y pensar que habría tenido que defenderle gratis de todos modos... Cosas del azar y del turno de oficio.

martes, noviembre 06, 2007

Suelo encender velas para los muertos los 31 de octubre de cada año, esa noche de cambio de mes en la que mis fantasmas mentales me atacan con más fuerza y no me es posible controlarlos. Así, con las velas, pretendo hacer mi exorcismo particular sobre todas aquellas cosas que me asustan.
Pero este año me emborraché (otra manera de quitarme emocionalmente de en medio), cosa que últimamente hago demasiado a menudo, y las velas quedaron en el olvido.
Grave error, y ahora me toca corregirlo, porque mis fantasmas se han escapado del embrujo que la llama de las velas provocaba en ellos y ahora los tengo encima todo el puto día.
Y mis fantasmas son muchos, demasiados para eliminarlos a todos a la vez, por lo que tendré que ir encerrándolos en mi jaula mental de uno en uno, cazándolos antes de que ellos me cazen a mí.

Por eso ahora, "en los brazos de la fiebre" tal y como me encuentro (mala racha, enfermo dos veces en un mes, será cosa de estos fantasmas), es el momento de iniciar la cacería, es hora de encerrar al animal de una vez por todas (¿realmente lo quiero?), aunque para ello primero haya que soltarlo.

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